Friday, October 7, 2011

El Encanto de Edipo


Los desesperados, los soldados abatidos, los que lo han perdido todo, hasta los más recios terminan por llamarla.
Es la súplica definitiva. Sólo tiene dos sílabas. Quizá las primeras que aprendieron a pronunciar. Mamá.


No hay historia mala si tiene una madre formidable. Es el personaje por excelencia desde que la ficción se inventó.
Y le gusta aparecer bajo distintas advocaciones.


La creadora de vida, la insaciable devoradora, la malvada madrastra, la promotora de asesinos en serie o la bondadosa a la que siempre regresar.


Y también la madre erótica, o la llamada "mala madre", que hace cosas que no debiera delante de sus hijos.
La que se muestra ante ellos como lo que realmente es. Una mujer.


La mamá sexy como personaje se asocia directamente con el conflicto edípico.
El primer amor no se supera con facilidad. Y más aun cuando otro hombre se encama con ella y le roba nuestra atención, asegurándole tanto placer como disgusto.


Dicen que el primer trauma humano es el destete.
Y los psicoanalistas clásicos han afirmado que todos los hombres desean inconscientemente a sus madres. Sus comportamientos sexuales y sus actitudes hacia otras mujeres los delatan.
En cualquier caso, nadie duda de que buscan en éstas lo que sólo les pudo dar una.


"Cuando Jimmy era un bebé, solía darle besos en la pilila cuando lo bañaba".
La madre de Jimmy Darmody es el último ejemplo de la mamá tía buena, una fantasía ancestral, que no podía faltar en ese retrato del gangsterismo seminal llamado "Boardwalk Empire".


En una obra maestra de la iconoclastia, "El Soplo al Corazón", el asunto está tratado de una manera tan delicada y burbujeante que no molesta la incestuosa conclusión.


Parece hasta linda y apropiada en una película socarrona y muy recomendable, firmada por Louis Malle.
Por el contrario, la situación no resulta nada cute en "La Caída de los Dioses".


El perro nazi se acuesta con su madre/bruja para destruirla, dentro de una de las secuencias más tremendas de la Historia del Cine.


Hasta en la querida "Regreso al Futuro", surge el Edipo, de manera más o menos soterrada. ¡La chica de la película es la madre!
Cumple con una verdad subconsciente, cuenta una realidad romántica. El personaje viaja al pasado, y la madre se prenda antes del hijo que del chico que será su marido.


En "Futurama", la disparatada situación iba más allá, y Fry aterrizaba en la década de los cuarenta y terminaba por acostarse con su abuela.


Afortunadamente para el buen pensar, la mayoría de los Edipos del mundo no se toman tan intrépidas licencias.
Los hijos se limitan a adorar a su madre y tenerle un poco de miedo, como corresponde.


Se puede dudar de todo en este mundo, hasta de que el sol salga mañana.


Pero nunca cuestiones el lazo que te une a tu madre. Aunque sea una zorra sobre ruedas, a pesar de que te juzgue, te ignore, te abandone o te maltrate.


Recuerda dónde te gestaste, piensa por dónde naciste, adivina de dónde mamaste.
La mamá, la mujer suprema que meció tu cuna, sofocó tus pesadillas y te limpió el culo. Tu primer y último amor.


Para ella, sus hijos son su sublime creación y el espejo de sus errores; el motivo por el que se ganará el Cielo o terminará en el Infierno.


Para nosotros, sólo queda aspirar a calzarle el zapato, volver a respirar su olor, saber cómo decirle adiós.
No hay nada más poderoso en el Universo que ella.


¿Quieres pelea? Atrévete a decir algo en contra de Lady Montez.

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