Ha vuelto como mejor sabe. Guapísimo y con una película que no le hace justicia.
Tras un par de años de silencio cinematográfico, el australiano de adamantium arremete con "Real Steel", o el futuro está en los robots boxeadores.
El último fin de semana ganaba el primer asalto en la taquilla norteamericana.
Últimamente, yo prefiero no fiarme de Hollywood.
Los críticos no se ponen de acuerdo, mientras Hugh asegura que es un gran melodrama de superación deportiva, al estilo de "Campeón" o "Rocky".
Últimamente, yo prefiero no fiarme de Hollywood.
En cualquier caso, si alguna vez hubo un motivo para ver una película tan dudosa, puede llamarse Hugh Jackman.
Empezamos el siglo XXI suspirando por sus garras. Hubo un tiempo en que era casi secreto.
"Qué bueno está el tío que hace de Lobezno", decía yo para mis adentros, mientras buscaba imágenes suyas en aquellos heroicos tiempos internaúticos.
Después, Hugh Jackman se hizo el favorito de todo el mundo.
Y todavía, Hugh es el real steel.
Sólo hay que verlo. Es la imagen de la virilidad más perfecta; un hombre en todos los sentidos, de aspecto rudo y corazón de oro.
Sólo hay que verlo. Es la imagen de la virilidad más perfecta; un hombre en todos los sentidos, de aspecto rudo y corazón de oro.
Desde siempre, Jackman se quiere polifacético.
Hace unos meses, su representante le dijo que le construirá una trayectoria tal, que lo alabarán como el próximo Sinatra.
Hace unos meses, su representante le dijo que le construirá una trayectoria tal, que lo alabarán como el próximo Sinatra.
Tamaña promesa y semejante responsabilidad, tanto para bien como para mal.
Mejor que Hugh siga siendo Hugh, ese que le encuentra la gracia a todo, jamás se depila el pecho y presentó la mejor ceremonia de los Oscars que servidor ha tenido el placer de contemplar.
No sólo de robots boxeadores vive el futuro, y los próximos proyectos de Hugh explotarán sus dos habilidades: el musical y el lobeznismo.
En 2012, será el héroe revolucionario Jean Valjean para la próxima y muy lujosa adaptación de "Les Misérables".
Habrá que esperar a 2013 para que recupere a su personaje estrella, Lobezno, todo patillas, amnesia y cuentas pendientes.
Nuestra única cuenta pendiente con Jackman es pasar una tarde en la playa a su lado.
La suya con nosotros, volver a presentar los Oscars algún día.
Encantador cuando sonríe, imperial cuando se quita la camiseta, Hugh Jackman ha vuelto para quedarse. For real.
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